8 de juny 2008

embARCA't: "Deià dels Graves"

"El Sr Guillem Graves i la seva esposa Elena Lambea ens convidaren a visitar ca n'Alluny, la casa que feu construir l'escriptor Rober Graves el 1932 i on moriria el 1985. El nostre agraiment als amfitrions i comunicar-vos que el proper setembre començarem les visites amb una visita a la tomba de Robert Graves i posteriorment repetirem la visita a la casa per donar satisfacció a tots aquells que no poguereu venir el dia 7 ja que fou una visita a mes de memorable, emotiva i entrenyable"



FUNDACIÓ ROBERT GRAVES
Me llamo Guillem Graves. Soy el hijo mayor de la segunda familia de Robert Graves y su albacea literario. Legamos aquí después de la guerra en Mayo de 1946 cuando tenia seis años, y fui a la escuela de Deià durante los siguientes
cuatro años. El maestro entonces era Gaspar Sabater casado con una Vives, sobrina del secretario del Archiduque. Luego ya me eduqué en Palma y en Inglaterra.
¿Quién era Robert Graves?
Robert Graves era un poeta y escritor inglés con una fuerte proyección internacional. Nació en 1895 y luchó en la primera guerra mundial. En su educación el mundo clásico fue muy importante y conocía la Biblia mejor que muchos curas. Hablaba el latín. Sus interpretaciones de Los mitos Griegos, Los mitos Hebreos, los mitos Celtas (La Diosa Blanca), o su reconstrucción del evangelio Nazareno son puro Graves; también lo son su novelas, Yo Claudio, El conde Belisario, La hija de Hornero, El vellocino de oro, o el Rey Jesús. Se le considera uno de los grandes poetas ingleses del siglo XX. Murió en la casa en 1985 y está enterrado en Deià.
¿Cual es su vínculo e importancia para Mallorca?
Cuando se afinco en Deià, no buscaba el Mediterráneo, sino que huía de Inglaterra. Acababa de escribir Adiós a todo eso. Tenía poco en común con el mundo de las tertulias en que se movían los más cultos en aquella época. Su bagaje intelectual era otro. Los estímulos para sus ideas venían más bien de sus colaboradores más cercanos, o bien por la intensa correspondencia que mantenía. De Mallorca le interesaba la gente de Deià, algún que otro amigo de Palma, sus amigos anticuarios, y en cosas o temas como los siurells, los xuetas, los honderos, las brujas, el ciclo agrícola etc. Mallorca le daba paz para desarrollar sus ideas y para trabajar en sus libros. Se interesaba en la protección del entorno y las normativas de edificación en Deià de desarrollaron gracias a él. Aunque Mallorca y la cultura Mallorquina son tangenciales a su obra, si tienen su importancia como el lugar y el entorno donde vivía y donde plasmaba esta obra. La Casa de Robert Graves es ahora lugar de peregrinaje para muchos de sus lectores.
¿Como se plasmó la idea de la Casa de Robert Graves?
La idea de la Casa de Robert Graves no es algo nuevo. Hay una larga tradición en los países del norte de visitar las casas en el Mediterráneo donde vivieron escritores y poetas ingleses, alemanes, o suecos como por ejemplo Keats y Shelley en Roma, Lord Byron en Grecia, Lawrence Durrell en Alejandria, o Axel Munte en Capri y que como él buscaron aislamiento. Como albacea consideré que Ca N' Alluny podía ajustarse a este modelo. Fuere como fuere, me agradaba la idea de que su casa se quedara como él la tenia, y que la gente de Deià y la gente de la isla pudieran disfrutar de ella. Algunos años antes de que muriera mi madre, Beryl Graves, yo ya tenía un borrador para una fundación con unos objetivos similares a los de la Fundació Robert Graves. Entendía que sin una entidad jurídica que adquiriera la casa, tendría que venderse al mejor postor, probablemente a un extranjero. Lo que no encontraba entonces eran ni los fondos ni los apoyos para constituido.
¿Como se llevó a cabo?
Cuando en 2003 desaparece mi madre, el Govern de repente propuso comprar la finca a los herederos y con este fin se constituyó la Fundació Robert Graves sin ánimo de lucro. Se me nombró vocal en el patronato en mi condición de albacea. A comienzos de 2005, en el último día según al contrato, la Fundació adquirió Ca n' Alluny con todos sus enseres.
¿Cuanta obra y qué cambios se han hecho?
La Fundació tenía que adecuar la casa para abrirla al público siguiendo la legalidad, por lo que tuvimos que hacer algo de obra. Robert Graves construyó
la casa en 1932 para su entonces pareja y colaboradora Laura Riding y él, con espacio para sus amigos. Tenía tres despachos, una habitación para su imprenta, tres dormitorios, una pequeña sala comedor, y cocina, todo ello bastante minimalista y frugal. Cuando la Fundació adquirió la casa estaba básicamente tal como se había construido, aparte de un añadido poco afortunado en los años 60. Tengo un amplio archivo fotográfico de la casa desde su construcción. Decidimos ceñirnos al aspecto que tenía en la primera época. Pero primero tuvimos que cambiar el tejado, instalar aire acondicionado, quitar radiadores, quitar unos tabiques para hacer una sala de exposiciones y reforzar el suelo, cambiar ciertos elementos arquitectónicos para facilitar el flujo de los visitantes, añadir una salida de emergencia e instalar una plataforma para sillas de ruedas. El reto era hacer todo esto sin que se notara demasiado y sin perder el ambiente de la casa encalada del que gozaba Robert Graves cuando trabajaba en su novela Yo Claudio, en 1933.
¿El mobiliario de la casa es el original?
Los muebles y los cuadros con los que Robert Graves amuebló la casa cuando se hizo estaban en la casa aunque algunos se habían cambiado de sitio. Hasta los apliques de la luz eran originales. Basado en las fotografías y mi memoria de niño, volvimos a colocar el mobiliario original en las habitaciones después de haberlos limpiados. El suelo de baldosa hidráulica amarilla es el original, y los hemos limpiado, nada más.
La imprenta, que estaba en un almacén en Inca, ha vuelto al lugar para el que que se construyó . Lógicamente hemos tenido que preservar algunos elementos más nuevos como por ejemplo la cocina sueca en lugar de la económica. Hemos conseguido recuperar el ambiente sosegado del que me acuerdo de niño. Queremos que parezca como si Robert Graves hubiera salido al pueblo a buscar su correo, o bajado a la cala a darse un chapuzón. Su despacho le espera. Si decide, de camino, puede pasarse por la huerta a buscar una col para la comida.
¿Y el jardín?
También hemos recuperado el jardín, replantado los frutales muertos que a mi tanto me gustaban, que se ven en las fotos, o que él describe en su diario. Tenemos un plano del jardín dibujado por un topógrafo en 1938. Los bancos de piedra son los originales. Únicamente hemos querido empedrar los caminos para gente con movilidad reducida. Hay naranjos, mandarinos, naranjos amargos para mermelada, níspereros, albaricoquero s, manzanos, perales, ciruelos, cerezos, granados, caquis, acerolos, "serveras", "néspleras", "gingolers", membrillos, parras, nogales. Aparte de las rosas, no hay demasiada variedad flores. Era un huerto más que un jardín. Aun queda la planta de "polonia" (paeonia cambadesii) cuyos bulbos Robert Graves recogió el el Teix en 1933 y que sigue floreciendo. Hemos quitado el césped que se puso en los últimos años y recuperado el ambiente más mallorquín de la época, usando las "garangolas" como elementos geométricos. En la huerta crecen tomates, berenjenas, pimientos, pepinos, calabacines y lo típico de verano, y en invierno lo propio. Entre los pocos elementos anacrónicos están el invernadero que puso mi madre en los años 50, y, lógicamente, un sistema de goteo. Cogemos las olivas para hacer "olivas trencadas", y más tarde para aceite. Las algarrobas se lo llevan para los burros. El área que llamamos el "grotto" originalmente era una gravera, no está abierto al público porque podría ser peligroso. Tampoco esta abierto el olivar en el otro lado de la carretera donde está el teatro de Graves porque no tenemos fondos para arreglar los caminos para el acceso de visitantes con movilidad reducida y para la seguridad en general.

http://www.fundaciorobertgraves.com/
diariodemallorca.es 7-8-2008. Opinió. Eduardo Jordà: El cartero de Graves